Presidencia de la Nación

Plan Nacional de Transporte Sostenible

Un sistema de movilidad sostenible, inteligente y resiliente para las generaciones futuras promoviendo el desarrollo federal.

¿Por qué era urgente un Plan Nacional?

Nuestro planeta atraviesa una crisis ambiental sin precedentes. El cambio climático es uno de los temas más preocupantes de nuestro tiempo y sus consecuencias están siendo devastadoras. La situación es de tal gravedad que recientemente la ONU declaró como un derecho universal el acceso a un ambiente limpio y saludable, que también está reconocido en el artículo 41 de la Constitución Nacional.

En distintas instancias y acuerdos internacionales, como el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París, Argentina se comprometió a actuar para frenar el cambio climático y sus efectos, estableciendo rigurosas metas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a ser alcanzadas en 2030.

El transporte es uno de los principales generadores de las emisiones a nivel mundial y, por lo tanto, del cambio climático:

13,9% de las emisiones totales en nuestro país provienen del sector.

Por eso creamos el Plan Nacional de Transporte Sostenible, aprobado mediante Resolución 635/2022, con el que estamos generando políticas públicas para transformar el sistema de transporte pensando en las generaciones futuras.

Impulsamos la transición y eficiencia energética para alcanzar la movilidad sostenible en todos los modos de transporte, comprendiendo también a la movilidad de carácter particular.

Buscamos aumentar la capacidad de adaptación al cambio climático, incorporando criterios de sostenibilidad y resiliencia, teniendo en cuenta las posibilidades energéticas de cada zona de nuestro país.

El Plan sintetiza la política climática nacional y contiene el conjunto de estrategias, medidas, políticas e instrumentos a ser implementados hasta el año 2030 para dar cumplimiento a la Ley 27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global.

Modernizar el sistema de transporte público

de pasajeros, de cargas, la flota de vehículos del Estado, trenes y aeropuertos para adaptarse al cambio climático.

Reestructurar

la política de subsidios.

Generar e impulsar una transición energética

hacia un transporte más limpio en el mediano y largo plazo, propiciando en el corto plazo el cambio hacia combustibles con menor emisión de GEI como el GNC.

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