El Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable (IEDS), en su rol de Administrador Energético Institucional de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), está dedicado a desarrollar metodologías y procedimientos, que permitan reducir los consumos energéticos en un contexto de uso inteligente, racional y eficiente de la energía. Con ese fin realiza mediciones y obtiene valores de parámetros necesarios en los diagnósticos energéticos, cuyos resultados permiten establecer mejoras energéticas en el uso de las instalaciones de instituciones públicas.

Entre las capacidades instrumentales del Instituto encontramos el equipo portátil denominado “Blower Door”, que se puede traducir como “soplador para puerta”. Su función es medir la estanqueidad de los ambientes interiores. O, en otras palabras, es medir las infiltraciones de aire que pueden producirse del exterior. Es un equipo conformado por un ventilador, un manómetro, una serie de anillos de flujo calibrados y un marco apropiado para puertas estándar.

Las infiltraciones de aire a través de la envolvente de los edificios representan el ingreso indeseado de aire exterior a un ambiente interior, cuando supera los valores recomendados de ventilación. Este flujo de aire se lo reconoce como “infiltración” y está causado por diferencias de presión, combinado con la presencia de fallas en la continuidad de la envolvente. Principalmente originadas en defectos de aberturas como ventanas y puertas.

El método internacional más utilizado para evaluar el nivel de estanqueidad es justamente a través del empleo de instrumentos como el que aquí señalamos. El principio de funcionamiento reside en generar diferencia de presión entre el interior y el exterior de un ambiente, por medio de un ventilador calibrado, de tal forma que se conoce el caudal que se está soplando/aspirando para cada diferencia de presión alcanzada. El resultado es un caudal de aire expresado habitualmente como “renovación de aire por unidad de tiempo”.

Normalmente, esta clase de ensayos suelen ir acompañados por el uso de equipos auxiliares (anemómetro, cámara termográfica, etc.), que ayudan a localizar las ranuras, huecos, orificios, por donde se producen las infiltraciones.

Los problemas más comunes causados por la fuga de aire incluyen:

• Uso excesivo de fuentes de energía para calentar y enfriar un edificio
• Problemas de confort interior
• Condensación en la envolvente del edificio tanto en condiciones de calefacción como de refrigeración
• Pérdida de control de humedad interior en clima cálido y húmedo.