Presidencia de la Nación

El litio como elemento clave en el sendero hacia la transición energética de Argentina

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación estuvo presente en el 3er Congreso Internacional y Exposición “Litio América Latina”.


Con el objetivo de compartir las políticas que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación impulsa alrededor del litio, la Subsecretaria de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación, Cecilia Sleiman, participó del 3er Congreso Internacional y Exposición “Litio América Latina”, realizado los días 26 y 27 de julio en la Ciudad de Buenos Aires.

Si bien el litio no es un metal escaso –ocupa el puesto 25 entre los elementos más abundantes de la Tierra–, su potencial de crecimiento lo convierte en uno de los recursos que más interés ha despertado en los últimos años. Se espera que su demanda se triplique para 2025 a partir de su uso en la fabricación de baterías, tanto para celulares como para vehículos eléctricos, así como en el almacenamiento de energías renovables.

Argentina ocupa un lugar de privilegio en este escenario ya que, junto a Bolivia y Chile, tiene las reservas más grandes de litio del planeta. El país posee el 20% de los yacimientos de litio del mundo, ubicados en las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy.

“Desde el Ministerio trabajamos en la definición del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación al 2030 y uno de los Desafíos Nacionales que nos planteamos es el de fomentar y consolidar un sendero para la transición energética. Es allí donde se insertan nuestras agendas de investigación acerca del litio”, destacó Sleiman en el panel de apertura del Congreso.

La subsecretaria aclaró que dichas agendas abarcan todo el espectro de la cadena de valor del litio. En ese sentido, mencionó como ejemplo a grupos de investigación del Centro de I+D en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy (CIDMEJu) que trabajan en la mejora de los procesos extractivos o, en el otro extremo, señaló la construcción de la primera planta de desarrollo tecnológico de celdas y baterías de litio, en La Plata.

También destacó la importancia de trabajar en una agenda ambiental para promover una minería sostenible, así como el aporte que pueden hacer las Ciencias Sociales para generar las condiciones normativas y regulatorias adecuadas para fomentar la inversión privada en investigación y desarrollo (I+D), acompañando el aumento gradual de la inversión pública, garantizado por la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Cabe señalar, en relación al financiamiento público, la convocatoria de Proyectos Estratégicos para la Transición Energética realizada a través de la Agencia I+D+i a fines de 2021 con el fin de impulsar proyectos asociativos público-privados que se focalicen en atender demandas energéticas estratégicas enmarcadas en diferentes líneas de acción, entre las que se encuentra el desarrollo de la cadena de valor del litio. La convocatoria actualmente se encuentra en evaluación y los cuatro proyectos presentados en esta línea podrán recibir hasta 150 millones de pesos cada uno para investigar acerca de tecnologías para la extracción y el procesamiento primario del litio, baterías de litio y aprovechamiento de derivados del litio.

“Argentina cuenta con recursos energéticos y minerales estratégicos, con capacidades de I+D dentro de las universidades nacionales y los institutos de investigación, y con una trayectoria y tradición tecnológica en el almacenamiento de distintos tipos de energía. Es en la combinación de estos elementos donde debemos trabajar para implementar un sendero de transición energética, en el que las actividades de I+D+i pueden cumplir un papel crucial, asumiendo como guías las misiones definidas en el Plan por la tríada conformada por el desarrollo de capacidades nacionales, las transformaciones en los usos finales de la energía y las mejoras de eficiencia”, concluyó Sleiman.

El 3er Congreso Internacional y Exposición “Litio América Latina” fue organizado por la empresa Vostock Capital con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación y contó con la participación de empresas mineras, proveedores de servicios y representantes gubernamentales de Iberoamérica.

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