Comienza una nueva edición de la encuesta que mide la inversión en I+D en el sector empresario argentino
Se relevarán cerca de dos mil empresas nacionales con el objetivo de conocer los recursos destinados a investigación y desarrollo en 2021.
Con el objeto de medir la inversión en investigación y desarrollo (I+D) que realizaron las empresas en el país en 2021, así como los recursos humanos afectados a dichas actividades, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación pone en marcha un nuevo operativo de la Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino (ESID).
Entre el 16 de mayo y el 30 de septiembre la ESID relevará a unas dos mil empresas destinadas a I+D de todos los sectores productivos, constituyéndose prácticamente en un censo de empresas que realizan este tipo de actividades en el territorio nacional. La encuesta se encuentra a cargo de la Dirección Nacional de Información Científica (DNIC) de la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva y parte del trabajo de campo es realizado de manera conjunta con la Fundación Observatorio PyME (FOP).
Cabe señalar que la información recolectada en este operativo luego es complementada con los datos obtenidos a través del Relevamiento Anual a Entidades que Realizan Actividades Científicas y Tecnológicas (RACT), también realizada por la DNIC, para la confección de los anuarios estadísticos de ciencia y tecnología. Ambas operaciones estadísticas son reconocidas por el INDEC y efectuadas según lineamientos internacionales para asegurar su comparabilidad a nivel mundial.
La ESID se implementó por primera vez en 2014, estableciéndose desde entonces como un relevamiento de periodicidad anual. La última medición, el informe sobre la ESID 2020, brindó información sobre el desempeño de las empresas durante el primer año de la pandemia por COVID-19. En ese contexto, se registraron 941 firmas realizando actividades de I+D en el país, que invirtieron poco más de 54 mil millones de pesos y emplearon a 19.052 personas para realizar este tipo de actividades.
En su conjunto, el sector empresario ejecutó el 38% de la inversión en I+D del país en 2020, registrándose una tendencia creciente desde 2015 en su nivel de participación en el total global. Este fenómeno se explica por un doble proceso: por un lado, por el crecimiento de la inversión del sector empresarial, que en el periodo 2015-2020 fue del 22% en términos reales; y por otro lado, e incluso con un impacto mayor, por la contracción de la inversión pública en I+D, que tuvo una caída en términos reales del 43% en dicho periodo.
En relación al producto bruto interno (PBI), la inversión en I+D del sector también evidenció un crecimiento lento pero constante a lo largo de los últimos años: pasó del 0,14% en 2016 al 0,20% en 2020. Esta cifra se encuentra por debajo de la que se observa en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que alcanzaron en promedio el 1,76% del PBI, pero levemente por encima del resto de los países de América Latina, donde, en promedio, la inversión del sector empresas representó el 0,19% del PBI en 2019.
La ESID también brinda la posibilidad de construir un perfil de las empresas que hicieron I+D en el país según tamaño, conformación de capital y sectores productivos al mismo tiempo que indaga sobre la concentración en términos de inversión y su distribución por tipo de actividad, las principales fuentes de financiamiento utilizadas y el perfil de los recursos humanos, entre otros indicadores.
En ese sentido, en 2020, solo diez firmas explicaron el 42% de toda la inversión en I+D que realizó el sector empresario, de las cuales nueve fueron de capital multinacional. En el otro extremo, hubo 500 empresas haciendo I+D que, en conjunto, no alcanzaron a representar el 2% de la inversión del sector. Esta concentración de los recursos dedicados a I+D en un grupo acotado de empresas grandes y multinacionales no debe desdibujar un fenómeno destacado de la dinámica de estas actividades en el sector empresario argentino: las empresas que presentan mayor intensidad en el esfuerzo para desarrollar actividades de I+D son las pymes.
Esto se refleja tanto en la proporción de personal abocado a estas tareas como en el porcentaje de los recursos financieros que se invierten en I+D: mientras en las empresas grandes se invirtió el 0,9% de las ventas, en las pequeñas empresas este porcentaje alcanzó el 12,4%. Algo análogo ocurrió con la dedicación de recursos humanos: el esfuerzo de las empresas pequeñas en este sentido multiplicó por seis el que realizaron las grandes empresas.