Con la recuperación de las Malvinas el 2 de abril de 1982, tiene lugar el ejercicio efectivo de la soberanía nacional en las islas. La Prefectura Naval Argentina pone entonces en marcha un conjunto de medidas a fin de organizar allí un servicio de policía naval en razón del mandato que le otorgan las leyes 18.398 y 18.711.

Este marco normativo encuadra el servicio exclusivo y excluyente de las funciones policiales en atención a la integridad terrestre y acuática del espacio insular.

La misión de la Prefectura Islas Malvinas era la de ejercer el poder de policía en el mar territorial y zona contigua, navegando periódicamente y mostrando su presencia en las caletas y radas. También debía brindar seguridad a las instalaciones portuarias y buques amarrados, cumplir misiones de a bordo de los guardacostas que se encontraban en las islas y realizar el practicaje a los buques mercantes en el acceso a Puerto Argentino. Todo esto en condiciones meteorológicas adversas en zonas minadas y con la constante amenaza del enemigo.

Para cumplir esas tareas se enviaron a las islas personal terrestre, dos guardacostas, dos aviones y un helicóptero, con sus respectivas tripulaciones. La dotación de tierra recibió el nombre de GRUPO GUARDACOSTAS.

También se destinaron al continente medios aéreos y navales que los cuales cumplieron valiosas y vitales misione de control, traslado de cargamento y personal, búsqueda y rescate entre muchas otras.

Todas las dependencias de la Prefectura del litoral marítimo llevaron a cabo patrullas y controles acordes al estado de guerra acaecido.